No es de extrañar que el 52 % de los encuestados del SAGP de Workday no confiara en sus propios datos. Y, dado que el 88 % también busca una mayor transparencia, la mala calidad de los datos es un gran obstáculo para aprovechar el potencial estratégico que pueden ofrecer las nóminas.
El valor inherente de las nóminas reside en su capacidad de proporcionar información basada en datos para la planificación de la plantilla (37 %), la igualdad salarial (36 %) y la eficiencia operativa (36 %). Pero para explotar todo este potencial es necesaria una integración perfecta de RR. HH., finanzas y operaciones, algo que a muchas empresas les sigue resultando difícil de conseguir.
Además, aunque los profesionales de nóminas aprecian el potencial empresarial más amplio de las nóminas, suele existir una desconexión comunicativa con la alta dirección, lo que limita su impacto como motor fundamental para la empresa.
Para aprovechar plenamente las oportunidades, las empresas tienen que cerrar la brecha entre percepción y realidad. Esto implica una evaluación exhaustiva de los sistemas de nóminas actuales para determinar en qué se quedan cortos y cómo mejorarlos.